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martes, 3 de marzo de 2015

Ezequiel presenció la llegada de los Extraterrrestres



Uno de los misterios que desvelan a la humanidad actual y que Planeta Azul investiga, es el de la búsqueda de pruebas de la presencia de extraterrestres en el planeta Tierra. Sin embargo muy poco se ha hurgado e interpretado como presencias ancestrales, sobre todo en la edad antigua. 

Los avances arqueológicos, astronómicos y el hallazgo deexoplanetas parecidos a la Tierra, así como también la teoría de los antiguos astronautas o del paleo contacto, han provocado un nuevo impulso en la verificación de documentos y vestigios arqueológicos de la antigüedad, entre los que se destaca la Biblia. Sin duda que la Biblia representa uno de los mejores documentos para desentrañar la historia del Oriente Medio desde hace miles de años: el Antiguo Testamento relata el itinerario del pueblo judío desde la tierra prometida – lo que es hoy Israel -, pasando por Egipto y Babilonia, en un periplo que abarca miles de años y que llega hasta pocos años antes de la vida de Jesús, la cual se relata en el Nuevo Testamento. 

En la biblia encontramos el libro del profeta Ezequiel, quien describe una visión, que probablemente en su tiempo se relacionaba con ángeles y seres de luz, pero hoy en día, vemos las cosas muy diferentes; por ejemplo, ¿cómo se explica algo que se desconoce?, con simbolismos fáciles y conocidos; imaginemos que los ángeles no tenían alas sino levitaban, ¿cómo puedes dibujar una levitación?, era muy difícil, en esos tiempos los únicos seres vivos que podían volar eran las aves, por tal razón, en la explicación se relaciona al hombre con alas y se le llama ángel. El texto existente del Libro de Ezequiel data de alrededor del año 400 AC. 

Por lo tanto describe un evento que ocurrió más de ciento cincuenta años antes. Ezequiel fue un personaje histórico, un líder espiritual que atendía a los judíos de partes de Mesopotamia durante la cautividad de Babilonia. Este ministerio, que se extendió desde alrededor de 593 a 563 antes de Cristo, es también el período de treinta años durante el cual se produjo el incidente descrito a continuación. 

Parece probable que el propio Ezequiel escribió gran parte del libro, a pesar de su posterior edición. El libro de Ezequiel en el Antiguo Testamento dice lo siguiente: “Y aconteció que a los treinta años, en el mes cuarto, a cinco días del mes, estando yo en medio de los deportados junto al río Chebar; los cielos se abrieron, y vi visiones de Dios. Y mire y he aquí, un viento tempestuoso que venía del Norte, una gran nube, con un fuego envolvente y en derredor suyo un resplandor, y en el centro del fuego una cosa que parecía como el fulgor del electro, y en medio de ella, la figura de cuatro seres vivientes. 

Y este era su parecer; había en ellos semejanza de hombre, sus pies de ellos eran rectos y la planta de sus pies como la planta de pie de becerro, relucientes a manera de bronce muy bruñido. 

Y cada uno iba derecho hacia adelante, hacia donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban, sin volverse de espalda cuando andaban. Cuanto a la semejanza de los seres vivientes, eran como carbones de fuego encendidos, y el fuego resplandecía y del fuego salían fulgores. Y los seres iban y venían a manera de relámpagos. 

Y el aspecto de las ruedas y su estructura resplandecían como el crisolito, y los cuatro tenían una misma forma, y las ruedas parecían dispuestas como si una estuviese en medio de la otra, y las ruedas estaban cuajadas de ojos alrededor. A donde el espíritu les impulsaba, iban las ruedas y también se levantaban tras ellos, porque el espíritu de ellos estaba en las ruedas. Y sobre las cabezas de los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas, y sobre la expansión que había sobre sus cabezas, vi la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro; y sobre esta especie de trono había uno que parecía un hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de ámbar, como apariencia de fuego dentro de ella en contorno, por el aspecto de sus lomos para arriba, y desde sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, refulgente alrededor.

 Esta visión era como la imagen de la gloria de Yahvé y cuando yo la vi, caí sobre mi rostro y oí voz de uno que hablaba”. Analizando con terminología actual producto de la ciencia y la tecnología, y comparando los vocablos utilizados por testigos en las descripciones de avistamientos, contactos y abducciones contemporáneas. Se puede interpretar lo siguiente: Seres Vivientes (los cuatroobjetos voladores que vio); Espíritu del Ser Viviente (tripulante); Pies Rectos (tren de aterrizaje); Cristal por Encima de sus Cabezas (cúpula o ventanillas); Fuego (luces); Trono (asiento); Ojos Alrededor (ventanillas secundarias); Ir derecho hacia adelante y atrás (movimiento de la nave); Nube (ovni). Es curioso el hecho de que, aunque hace difícil la comprensión de la descripción al intentar describir la visión con el lenguaje de la época; ya desde el principio denomina “carro” identificando aquello con un vehículo. 

Leyendo la explicación, parece como si le estuviera describiendo la visión a un ufólogo. La verdad, es que se trata, de una descripción muy “tecnológica” de Dios. Como ya se mencionó, el mismo profeta lo llama “carro” de Yahveh. Ciertamente, lo que parece estar describiendo, es un artilugio con alas acompañado de una especie de discos voladores.

 Además, la tecnología voladora, brillante (se deduce que metálica) es totalmente lejana a la época en la que tiene lugar la descripción, de modo que gana mérito el hecho de que Ezequiel pueda transmitir aún hoy día la sensación de estar ante un gran artilugio mecánico en una era anterior a la de Jesucristo. 

El profeta Ezequiel, uno de los hombres que en la antigüedad -así parecen demostrarlo investigaciones en las Escrituras- fue “arrebatado hacia el cielo” por “la gloria de Jehová”. Sin entrar en discusiones de orden teológico, lo que para Planeta Azul fue indudablemente el secuestro de un ser humano por los tripulantes de un vehículo extraterrestre dirigido. Ezequiel termina su descripción técnica con comentarios sobre la cápsula de comando y el propio comandante. La cantidad de detalles que incluye es asombrosa. 

Es importante resaltar que el profeta no describe características importantes de ingeniería, pero, a simple vista, tienen el mismo valor comparativo, como verdaderos elementos estructurales. La forma casi cónica de la nave central con un cuerpo ideal para permitir que su combinación con los helicópteros, y por lo tanto una función más importante del vehículo es producto de ingeniería ya existente. En consecuencia se desarrolló en el Centro de Investigación Langley de la NASA, un prototipo de la visión de Ezequiel que ha sido estudiado analíticamente y en una serie de pruebas en túnel de viento. 

Después de establecer la configuración general real de la nave prototipo, realizando una exhaustiva investigación analítica, variando la configuración estructural y funcionalmente de desplazamiento y sonido, su viabilidad se pudo probar, siendo que el peso, dimensiones, características, rendimiento y otros servicios básicos, resultaron estar dentro de límites razonables. 

El análisis se realizó de forma paramétrica, esto significa que las dimensiones, peso y rendimiento fueron variadas en los pasos sobre una amplia gama de posibilidades. Producto del cálculo de crudo realizado al análisis detallado final, los resultados no dejaron ninguna duda de la viabilidad de los vehículos y revelan una tecnología general para la construcción de naves espaciales, más avanzada, pero; no mucho más allá de nuestras capacidades actuales,. El único elemento que no somos capaces de construir es el reactor nuclear en el sistema de propulsión. 

A pesar de esto, sabemos que sería necesario un reactor de fisión, con capacidad para provocar un impulso específico, de al menos 2.000 segundos contra la limitante de 900 segundos de nuestros motores nucleares de hoy. Es razonable suponer, sin embargo, que se podría tener esta capacidad en unas pocas décadas, si tuviéramos que invertir un esfuerzo suficiente en su desarrollo. El resultado de conjunto, entonces, es un vehículo espacial técnicamente factible más allá de la duda y muy bien diseñado para adaptarse a la función y el propósito, su tecnología no es de ninguna manera fantástica, pero, incluso en sus aspectos extremos, se encuentra casi en nuestras propias capacidades de hoy. Los resultados indican, además, que las naves espaciales de Ezequiel funcionan conjuntamente con un buque nodriza en órbita alrededor del planeta. 

No tenemos punto de referencia firme para una determinación exacta de las dimensiones de la nave de aterrizaje, pero podemos aproximar estas dentro del rango que se investigó analíticamente. *En ilustración que presentamos se muestra la forma y proporciones. 

El diámetro del cuerpo central sería de unos 18 m, que el rotor de un helicóptero de la unidad sería de 11 m, peso total desde el momento del despegue de la tierra para el vuelo de regreso a la nave madre de 100.000 kg, impulso específico del motor sería 2.080 segundos, y la nave podría llevar dos o tres pasajeros. 

Así es pues, que el relato de Ezequiel, es realmente su forma de contar una historia detallada acerca de un encuentro con extraterrestres? Fueron estos seres enviados por Dios para entregar un mensaje a Ezequiel? Preguntas interesantes, pero controversiales. 

Tiempo atrás, Däniken el creador de la teoría de los antiguos astronautas aventuró que la nave de Ezequiel (el cual, tiempo después, desaparecería hacia el cielo por “gracia de la gloria de Jehová”) pudo haber secuestrado al profeta y llevarlo hacia el planeta de origen de estos extraterrestres, a velocidades superiores a la de la luz. Así, lo que para los tripulantes habría sido un viaje de unos pocos años, para un observador terrestre habrían transcurrido cientos o miles de años.

 Quizás Ezequiel llegó a ese planeta, fue concienzudamente interrogado o tal vez preparado para alguna misión que desconocemos y así devuelto a la Tierra, tras otros años de viaje espacial… en la misma nave que se lo llevó, mientras que para nuestro observador (y suponemos inmortal) terrestre imaginario, habrían corrido casi tres mil años. Pasaron los profetas, pasaron los tiempos bíblicos. Pero Ezequiel sería ahora sólo unos años más viejo, por obra y gracia de aquella contracción del tiempo a mayor velocidad que la de la luz que una vez planteó un judío alemán llamado Einstein. 

El profeta Ezequiel pudo haber visto hace milenios una nave espacial o un vehículo de reconocimiento venido de una nave en órbita. Cuando dice “como una rueda que está dentro de otra rueda”, está describiendo algo inusual entre las ruedas conocidas en su época y eso llama la atención. 

La Tierra pudo haber recibido la visita de extraterrestres hace milenios, a los que humildes e ignorantes pastores tomaron como dioses o seres angelicales al no comprender sus trajes, equipos, sistemas de comunicación, naves de transporte, equipos técnicos de extracción de muestras, laboratorios de investigación, entre otros.

 Todo les resultaría fantástico y solo de seres superiores o divinos (dioses). El relato del profeta Ezequiel – en el Antiguo Testamento – bien podría ser una de las pruebas testimoniales más reveladoras de las que se conocen, sobre el arribo extraterrestre al planeta tierra a la nunca dimos crédito, hasta ahora…! Sentado junto al río Kebar, en Babilonia, Ezequiel vio a lo lejos un “torbellino” aproximándose; aquel fenómeno misterioso, de pronto, se convirtió en una nube de fuego que luego aterrizó con gran estruendo. 

El personaje bíblico se encontraba ahora frente a un vehículo deslumbrante que le parecía estar compuesto de ruedas, alas y criaturas vivientes. También llevaba un trono, sobre el cual iba sentada una “silueta de forma humana”. Para Josef F. Blumrich —ex ingeniero de la NASA— Ezequiel estuvo frente a un vehículo concreto y real, y no ante una visión. Si fue así, ¿a quiénes pertenecía aquel vehículo que volaba ante los ojos del profeta?



RECOPILACION INVESTIGATIVA: ING. REYNALDO PEREZ MONAGAS

Fuente: http://rey55.wordpress.com/2014/09/07/145-ezequiel-presencio-el-arribo-extratrrestre/

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